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El Espía

En la temporada 81 cerré un proceso de entreno a largo plazo que tuvo frutos competitivos y detalles entre rivales que hacen que cada liga vibre con diferente intensidad.
Me quedó dando vueltas varios de estos encuentros donde la diversión pasó mucho por ahí e hizo que ese domingo o liga tome un color distinto; me puse a escribir desarrollando estos idas y vueltas que se generaron y quedó un cuento, donde aparecen estas cosas que parecen fuera de Hattrick, pero que están adentro.

El Espía

De alguna manera y sin quererlo me vi metido en un mundo de espionaje. Toda mi vida alentando a los colores del ¨Arsénico¨ (828427), pero como vecino del club rival y fanático del ajedrez, muchas tardes traicionaba la cuna y me metía en la boca del lobo. La cantina de la ¨Katanga¨ contaba con todo lo necesario para satisfacer mi vicio; cinco tableros hermosos con reloj incluido, y unos sillones forrados en pana que recibían mi ¨enteridad¨ con toda comodidad.
Como todos los principios no fue fácil; y en particular el mío menos fácil. La cantina, que atendía ¨Potono¨, contaba con los ¨dinosaurios katangeros¨ más fanáticos, incluso hasta algunos ex jugadores del inicio del club; o así se creería, ya que, en mi supuesta indiferencia, lograba escuchar anécdotas e historias que hasta podría dudarse de su veracidad.

Mientras yo anotaba movimientos en mi libreta, ¨Potono¨ parecía el capitán de este micro mundo, siempre atento a todo; nadie pedía, pero todos tenían su vermut cerca, los del billar con su Gancia y maní; nosotros con un vaso de vino; los ¨cuentacuentos¨ y ¨anecdotarios¨, apoyando sus codos en la barra, con su Fernet, birra o Cinzano con soda; un espacio adornado con banderines, fotos, dos camisetas sucias y un televisor de 20´ en el centro de esta imagen. ¨Potono¨ era el jefe, hasta dejaba listo su ¨especial, La Potonada¨, para cuando se pasara Binet (419063852) después de la práctica; nunca supe que era esa preparación tan especial, pero doy ¨mate en tres¨ que era simplemente agua con limón.

Binet era el que más pasaba por la cantina, de vez en cuando acompañado por dos o tres juveniles; en esas veces se lo veía jugando al billar con los pibes y les hablaba de carambolas y posiciones como si estuviera en la cancha; hasta el volumen de la tele bajaba, los chorros de soda se transformaban en susurros; el ¨Pucho¨, centrojas retirado, no se escuchaba, y eso ya es decir mucho. Silencio mudo. Podría decir que esos momentos fueron los más difíciles, había que tener fortaleza para mantener la vista en mi tablero; confesaré que muchas veces mis ojos se desviaron hasta los límites finos de mi mesa, lo cual enseguida los volvía a su posición de pertenencia.

En esa cantina se respiraba fútbol, mística y pasión; dentro mío se encendía un fuego tan fuerte como el odio y tan sano como la envidia. Cuando la balanza de sentimientos se desequilibraba, me obligaba a mí mismo a ausentarme de mis partidas y pasaba semanas sin tocar un tablero de ajedrez.

En uno de estos impases me sorprendí. Todo seguía igual, los banderines colgados, ¨Potono¨ y los dinosaurios seguían ahí, pero en lugar de la tele de 20´ había un Smart de 43´, y en lugar del billar había mesas de pool. Lo que de principio parecía un simple cambio, fue toda una modernización; a las 19hs se producía el cambio. La mayoría del plantel de La Katanga copaba la cantina, nos invadían las cumbias y regetones saliendo del nuevo tele, las bromas y palos golpeando las bochas, y un canto odioso…¨Hoy vas a correr, porque sos cagón…¨ ¡Maldito Smart!. Artísticamente la original de (https://www.youtube.com/watch?v=mt3l46Pv6dU)¨Agarrate Catalina¨ era mucho más lograda, pero estos pibes habían cambiado las palabras suficientes para que funcionara como motivacional.

No necesitaba una mirada direccional, solo me bastaba mi oído y visión periférica; el único pecado capital lo acepté cuando se sentaron en la mesa contigua a la mía Iori (428674462) y Pach (430881926), a jugar una partida rápida; esos novatos de ¨mi juego¨ se desplumaron uno al otro de manera desprolija, parecía mentira que fueran tan descuidados fuera de la cancha y tan cuidadosos y estrategas cuando pisaban el pasto; mi juicio viene a relación de la final anticipada que sacaron delante de visitante contra ¨El Frontón¨ (667366610) en la temporada 76 de la IV.28 (390), ¨La Mula¨ Iori como tanque defensivo y ¨El Grego¨ Pach como satélite de Iori cruzando y cerrando todo lo que pasara la mitad de la cancha; ni la velocidad de Mitgaard (434569684) pudo romper esa ¨Defensa india de dama¨; y sin embargo, ahí estaban, golpeando a ritmo frenético el reloj y escupiendo piezas fuera del tablero. Desde el pool se arrimaban las puteadas del pibe Panetta (435537844), seguro le erró a la buchaca o se le metió la blanca en un tiro poco medido.

En todo lo malo hay algo buena reza el Yin y yan, presenciar los debates de tácticas y formaciones entre estas generaciones dispares, los análisis, consejos, cagadas a pedo y elogios, me hacía sentir vivo; no necesité pensar si era sapo de otro pozo, lo era; eso era otra cosa, era fútbol. Mi alma seguía siendo del ¨Arse¨, y tuve mi revancha cuando vinieron a casa, al ¨Cementerio de los sudacas¨; Pach iba con marca personal a Gugino (428812632), era cantado; solo faltaba darle a Panetta la suficiente razón para que se enoje. Con un 3-2 (688768703) a favor fui a jugar mi partida de ajedrez después de ese domingo, tan ancho el pecho como seguros era mis pasos, ahora el lobo era yo.

No era el único lobo acechando. La hija de ¨Potono¨, indiferente al mundo del fútbol, salía con uno que se lo veía ir a ver al ¨Arse¨, con la barra; no lo vi nunca en la cantina, pero la piba iba seguido, charlaba un poco con los pibes del plantel broma va broma viene, se jugaba un pool y se volvía a ir; era la hija de ¨Potono¨…hacía y deshacía lo que quería, preguntas por acá y por allá ¿Cuánto pesa el pool? ¿Cómo sacas las fichas? ¿El candado? ¿Cómo se mueve? A mí me hacían ruido tantas preguntas ¡Claro, yo sabía de donde podían venir!

Domingo, matutino. Abro la página en deportes y mi atención se dispara al título:
Siniestro en club del barrio.
En la madrugada del domingo se produjeron destrozos en la cantina que atiende el vecino ¨Potono¨, fueron robadas las mesas de pool y un televisor Smart que colgaba de la pared.


Sentí una gota húmeda que recorría mi mejilla y se aplastaba contra el papel del diario. Algo dentro mío se había roto.

2022-09-19 02:30:01, 399 views

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