Historia de un Inicio sin Manual

Quizás muchos se vean reflejados en esta pequeña historia... ¿Cómo fueron vuestros inicios en Hattrick?
Los míos fueron éstos...más o menos...

Mi primer día fue algo deprimente.
Tras la ilusión inicial de haberme hecho cargo de un club de fútbol, me dí de bruces con la cruda realidad. El campo era un auténtico patatal, las oficinas ruinosas, los espectadores, un grupo de familiares de los jugadores, y los jugadores... ¡ay! los jugadores. Yo me esperaba unos tíos atléticos y con espíritu luchador y por contra me encontré una mezcla de jovenzuelos, algunos aún con acné juvenil y hombres barrigones y con aspecto de comer tocino y morcilla para desayunar. En ambos casos, el estado de forma era horrible, los jóvenes quizás por un cuerpo poco acostumbrado al ejercicio físico, pues la mayoría tenía más pinta de jugar al FIFA que de haber tocado un balón en su vida, y los mayores porque parecían más adecuados para ver el fútbol desde la barra del bar. Como en estas cosas nunca se sabe, hablé con el entrenador, un tipo calvo y demacrado de aspecto cansado al que me habían presentado como Vicente Figueiras:

-¿En qué posición juega cada uno, Vicente?
- Pues depende- dijo, mientras se quedaba mirando al infinito.
- ¿Depende de qué?, ¿de las lesiones?, ¿de la estrategia?...
- ¿Estrategia? No hombre no, aquí siempre jugamos normal.
- ¿Como normal? ¿No juegan a tocarla?, ¿o a encerrarse atrás?, ¿o a presionar la salida del balón?
- No, normal.
- ¿Pero cómo es eso?, ¿qué es normal?
- Pues normal es normal.

Estaba claro que no iba a sacar mucho más de Vicente. Parecía un buen tipo pero algo cansado, por ello decidí cambiar de tema.

-¿Y la formación?
- Bueno ese de ahí, el de las barbas, tiene hecho el Bachillerato pero hace años...
-No hombre, no, me refiero a la formación, al dibujo sobre el terreno, al 4-4-2 de toda la vida
- Ah, eso- contestó en tono lacónico- Jugamos siempre una 3-5-2.
-¿Siempre? ¿En casa y fuera y da igual el rival que venga?
-Sí, es que es la que nos dejaron.
-¿La qué dejó quién? ¡Vicente por dios!, hable más claro que no entiendo nada
-Pues la que dejó el anterior mánager, vino un día, echó a la calle a un montón de chavales, compró a otros, jugamos un partido y se fue.
- ¿Se fue? ¿Le pasó algo?
-No, se aburrió, dijo algo de que éramos unos perdedores, pero claro, es que jugamos un amistoso con un equipo de Perú de segunda división y eran muy buenos.
-Vaya, ¿y hasta aquí vinieron a jugar con vosotros? ¿Y eso?
-No, no, que va, fuimos nosotros a Perú. Fue lo único bueno, al menos nos pegamos un viajecito. Eso sí, el míster se gastó una pasta gansa en el avión.
-Que horror, ¿en avión? ¿En esta división? ¿Y por cuanto perdieron para que se fuera tan pronto?
- Puf, 10-0 creo.
-¿10-0? Pero por dios, ¿por qué no se encerraron atrás?
-Es que no teníamos entrenada la formación.
- ¿Entrenar la formación? ¿Pero de qué habla Vicente? Al menos podrían haberse encerrado y salir a la contra...
-Que va, teníamos esa táctica muy débil. Ya sabe, nuestros defensores no la pasan muy bien.
-Pero...

-Mire míster, usted parece buena gente. No se preocupe, entendemos que no quiera hacerse cargo de nosotros, ya han venido muchos...
-No hombre no, Vicente, es sólo que no entiendo nada. Hay cosas que se me escapan, tengo que reflexionar.
-Bueno, si le sirve de algo tengo un Manual que le puede ser de ayuda...

Me entregó un libro polvoriento que pesaba como un demonio. "Hattrick: Manual de Juego".
-Pero Vicente, llevo jugando al fútbol toda mi vida ¿Quién ha escrito esto?, ¿Pelé, Maradona, Di Stefano,...?
-No, unos suecos-contestó lacónicamente.
-¿Unos suecos? Pero si ni siquiera han ganado un Mundial en su vida ¿Qué van a enseñarme a mí sobre fútbol unos suecos?- le dije riendo sarcásticamente mientras le devolvía el tocho.
-Jefe, yo creo que es mejor que lo lea aunque sea poco a poco...
-¡Anda, anda Vicente! Deja ese libraco donde estaba, que mañana os voy a enseñar yo cómo se juega a esto del fútbol. No me hacen falta libros suecos, ni chorradas por el estilo. Vete a casa, mañana entrenamos a las nueve. Descansa.
-No se preocupe Jefe, he de quedarme hoy hasta tarde, mañana es viernes, he de entregarle el Informe de Entrenamiento esta madrugada.
-Bueno Vicente, ya me lo entregarás por la mañana después del café...

Vicente me miró horrorizado como si hubiese blasfemado contra su propia madre y acto seguido se despidió bruscamente alegando que tenía cosas que hacer.
-No, no, el informe ha de estar a la una de la mañana, los suecos se enfadarán, si no lo envío-murmuró para sí mientras se alejaba por el pasillo.

Era evidente que me quedaba mucho por hacer en este club. Respiré hondo y decidí irme a casa. Mañana sería un día muy intenso.

¿Continuará?

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